Soltá para descansar

Soltá para descansar

“Descansar también es un acto de creatividad: como la hoja que se suelta, estamos gestando la próxima primavera.”

Las hojas no caen. Se desprenden.Y ese gesto sutil —que parece mínimo— en realidad lo dice todo.

No se aferran. No se resisten. No luchan contra el viento.Saben que llega un momento en que soltar no solo es necesario, sino profundamente sabio e inevitable.

Hace unos días volví a este texto de José María Toro que me acompaña desde hace años, y me quedé quieta, no tuve opción. Como si algo en mí, que todavía estaba sosteniéndose por costumbre, también necesitara entregarse al aire.

“Las hojas no caen, se desprenden en un gesto supremo de generosidad y profundo de sabiduría:la hoja que no se aferra a la rama y se lanza al vacío del airesabe del latido profundo de una vida que está siempre en movimiento y en actitud de renovación.”

Me atravesó. Porque cuántas veces nos quedamos ahí, colgando de ramas secas por miedo a la incertidumbre del después. Por costumbre. Por apego. Por ese impulso tan humano de querer tener el control.

“La hoja que se suelta comprende y acepta que el espacio vacío dejado por ella es la matriz generosa que albergará el brote de una nueva hoja.”

¿Qué pasaría si nos animáramos a hacer lo mismo?

Soltar las exigencias. Soltar la urgencia. Soltar la idea de tener que ser productivas todo el tiempo, todo el año, toda la vida. Soltar incluso esa voz que nos empuja a estar siempre bien.

A veces siento que vivir en esta época es como tener mil pestañas abiertas en la cabeza y el corazón todo el tiempo.Y el descanso, lejos de ser algo natural, se volvió una especie de lujo o permiso que sentimos que tenemos que ganar.

Pero... ¿y si el descanso fuera un derecho? ¿Y si también fuera una forma de amor propio?

Yo estoy aprendiendo. A veces a los golpes, otras con dulzura. A veces descansando a escondidas, otras nombrándolo en voz alta y poniendo límites.Y en ese proceso descubrí que descansar no siempre es dormir más o tomarse un finde libre. A veces es decir que no. A veces es cerrar los ojos cinco minutos y volver al cuerpo. A veces es escribir lo que duele. A veces es llorar sin apuro. A veces es hacer todo más lento, aunque el mundo corra.

“Con este gesto la hoja realiza su más impresionante movimiento de creatividad, ya que con él está gestando el irrumpir de una próxima primavera.”

Descansar también es soltar. Y soltar, a su modo, es una forma de empezar de nuevo.

Hoy escribo esto desde ese lugar: el de la hoja que decide soltarse. No porque no tenga miedo. Sino porque hay algo en mí que ya no quiere resistirse a lo que pide el alma.

Y si estás leyendo esto, tal vez vos también estés sintiendo ese llamado. Ese pequeño susurro que te dice: “Aflojá un poquito. Dejá de sostener tanto. No tenés que demostrar nada.  Acá estás, y eso alcanza”.

Que tu descanso hoy sea un acto de amor. Que tu pausa sea semilla. Tenemos todo el otoño para regarla.

Con todo lo que soy,— Carli

“Descansar también es un acto de creatividad: como la hoja que se suelta, estamos gestando la próxima primavera.”

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